El que escucha lo que llega desde su corazón
Se aparta de la aflicción.
El que guarda su corazón y su lengua,
Se aleja de su camino
El que revela una palabra oculta
Es como si hiciera quemar su casa.
Ser dulce en todas sus fibras íntimas
Es la alabanza del Sabio.
Mejor es la parte del que sabe esperar,
Que la de aquel que dice gloria.
Numerosas son las pequeñas cosas dignas de ser temidas.
Raras son las cosas grandes dignas de provocar nuestros
gritos.
Es Dios quien da la paz
Y el dolor está en sus providenciales designios.
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